23 febrero, 2010

La fiesta vieja

Salí de la carpa y sentí el viento helado que suspira a todas horas sobre las tierras pre cordilleranas. Tenía ganas de escribir, así que me senté sobre una piedra con un cuaderno y un lápiz en la mano; mas no logré plasmar ninguna idea sobre el papel.
Me levanté y caminé hacia el rio, con la esperanza de encontrar un poco de inspiración entre la naturaleza milenaria. Ahí conocí a un viejo árbol .
Entablamos conversación inmediatamente, y me contó una historia de tiempos antiguos. Me dijo que cerrara los ojos y, cuando lo hice, en mi mente aparecieron imágenes que daban vida a lo que el árbol decía.
Cuando abrí los ojos me puse a escribir las décimas que dejo a continuación:


Escucho cantar el río
el bosque ya armó su fiesta
los zorros con su revuelta
se han olvidáo del frío;
ya no hay pájaro en su nido,
hoy todos se desvelaron
los pumas se desataron
bailando toda la noche;
guitarra, fogata y boche
de tiempos que ya pasaron

La fiesta fue larga iñora
duró no sé cuánto tiempo
y tengo conocimiento
de lo que le 'igo ahora
porque yo he visto la historia
que los árboles me muestran
cuando todos ya se acuestan
la magia se hace presente
y veo el pasado ausente
que los chaguales me cuentan

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